Cuando aprieta el calor todos estamos deseando encontrar un lugar en el que disfrutar de un libro a la sombra, o tal vez preferimos una toalla en la arena de alguna playa desierta, o un rincón en el que encontrarnos con nosotros mismos, respirar hondo y recuperar fuerzas.
A mi me encantan las tres opciones, pero lo que más me gusta es descubrir pequeños pueblos y sentarme a ver la vida pasar. Quiero mostrar algunas opciones, puede que ya tengas planes pero si estás indecisa y no sabes qué hacer igual te apetece cambiar tu rutina por algo diferente, único y singular.
- Salud en Ourense.
Ourense tiene un patrimonio natural inmenso. Consta de tres parques Naturales, una Ribeira Sacra que nos permite disfrutar de paisajes únicos y mil fiestas gastronómicas.
Además tiene un encanto oculto: la ciudad está bañada por aguas termales minero medicinales que brotan de manera espontánea y que nos convierten en uno de los principales balnearios naturales de Europa. Aguas buenas para la salud, calientes y sulfuradas , magníficas para el estrés, las articulaciones y algunas patologías cutáneas, que ofrecemos al visitante de forma gratuita en o Muiño da Veiga o en Outariz.
Si quieres visitar algún balneario termal, cuestan al rededor de 5€ y saldrás de allí como nueva. Prueba la experiencia de meterte en una terma de agua caliente de noche y te enamorarás de esta tierra tan acogedora como desconocida.
- Cavallería
Menorca es una isla que siempre sorprende. Tiene infinitas playas, fiestas auténticas y una gastronomía singular cuyo plato más conocido es la caldereta de langosta (¡Ñam!).
Pero hay una parte de Menorca que solo se puede disfrutar a pie o a caballo. Abriendo y cerrando tancas que te llevan a calas inaccesibles al pie de acantilados bellísimos.
El acantilado de Cavallería es precioso, sus más de 100 metros en picado nos regalan amaneceres maravillosos y tardes singulares disfrutando del viento en la cara.
Debes ser respetuosa con las costumbres de los payeses y cerrar la puerta de acceso a cada finca –cada tanca- una vez que entres en el prado. Al final del camino encontrarás rincones que te renovarán mentalmente y de los que nunca vas a poder olvidarte.
Vive el museo megalítico al aire libre más bonito que puedas imaginar, recorriendo la isla despacio, con calma y sin prisa para volver a casa renovada por dentro y por fuera.
- Cazorla
Allí donde terminan las olivas (sí, “las olivas”) y empieza el Parque Natural Sierra de Cazorla, se encuentra un pueblo maravilloso al que siempre encontrarás una razón para volver: Cazorla.
Prepárate para descubrir un oasis en medio del olivar más importante del mundo, coronado por el castillo de la Yedra, del que puedes disfrutar mientras te tomas algo en una terraza.
El pueblo es pura vida, gente amable, diversión, música, naturaleza y aceite. Siempre te quedará algo por descubrir, su magia no tiene principio y su encanto no tiene fin.
Camina hacia la sierra, párate a observar animales, descubre el nacimiento del Guadalquivir… y vuelve al pueblo a cenar en cualquiera de sus bares, con su gente, a su manera.
Cazorla ofrece hospitalidad al visitante porque lo integra entre los suyos, y lo arropa en el pleno convencimiento de que volverá.
Me encanta viajar, me libera de las tensiones diarias y me abre la mente. Además enriquece mi mundo interior y me ofrece la posibilidad de intercambiar puntos de vista al aprender cosas nuevas .Podemos seguir viajando juntas o tal vez no, lo dejo a tu criterio en todo caso
¿Qué te gusta hacer a ti en verano?
